sábado, 7 de abril de 2018

Recorriendo las Blue Moutains a nuestra manera

By Sole

13 de Diciembre de 2016

Arriba tempranito! Queríamos aprovechar bien el día, sobre todo las primeras horas de la mañana antes de que llegasen los day trip desde Sidney.
Ni bien abrió la cocina del hostel desayunamos, y un rato después, con el estómago feliz, partimos hacia las Blue Mountains!

Tomamos la calle principal Katoomba St, que para nuestra felicidad estaba desolada. Las primeras cinco cuadras más cercanas a la estación conformaban la “zona comercial” con locales de comida, antigüedades y ropa outdoor; en ese momento estaban todos cerrados. El resto del trayecto fue por un área bien residencial con casas con jardines de estilo inglés; si bien todas eran diferentes, tenían un factor común que era el aspecto antiguo.



Katoomba St

Por la irregularidad en el largo de las calles y la ausencia de una grilla de manzanas tradicional es difícil saber cuánto caminamos hasta llegar al Echo Point, pero estimamos que habrán sido 1,5 km.

En el Echo Point encontramos el parking de los micros de excursiones y la “oficina de informes”, donde parecían vender la información en lugar de brindarla en forma desinteresada; había carteles que prohibían sacar fotos a los mapas, pero si se podían comprar las fotocopias, y souvenirs expuestos en gran parte del local. Estaba todo preparado para llegar ahí, comprar un par de cosas y visitar el mirador de las grandes estrellas de la zona: “The three sisters”, 3 formaciones rocosas que sobresalen por su forma y cercanía con la ciudad. Era el plan perfecto para los amantes de los tours sedentarios.


Tal como habíamos anticipado el estacionamiento estaba vacío y apenas había algunas personas en el mirador. Uno de los “balcones” estaba a nivel de la calle, mientras que para acceder al inferior, llamado “Queen Elizabeth Lookout” en honor a la reina de Inglaterra que estuvo ahí en 1954, había que bajar un par de rampas. La vista desde ambos nos resultó excelente. No solo se veían “las tres hermanas” desde un punto privilegiado, sino que también ofrecía una visión panorámica de las Blue Mountains y los bosques, generando una sensación de inmensidad.


Blue Mountains

The Three Sisters


Para que sea más fácil ubicarse en el recorrido que vamos a describir a continuación... el Echo Point estaba en la parte alta de la montaña y los senderos que partían desde ahí iban bordeando el acantilado (por ejemplo, el Prince Henry Cliff Walk). En la parte más baja, lo que sería el valle, había un bosque atravesado por otras sendas que corrían paralelas a las previas pero muchos metros más abajo. 

Otra de las actividades del área que no requería gran esfuerzo era la caminata hasta “The three sisters”, por una senda de unos 500 metros. Con bancos a los costados, por si alguien se cansaba, y el suelo pavimentado parecía pensada para que todos pudieran acceder, incluso con cochecitos de bebé. Para los más curiosos que queríamos llegar hasta la mismísima formación rocosa, había un desvío con escaleras y un puente, el “Honeymoon bridge”. Si bien llegamos hasta ahí, apenas permanecimos los minutos justos como para sacarnos un par de fotos ya que el viento era muy intenso.


Sendero ATP

Hacia "las tres hermanas"

Desde ahí, en lugar de regresar al Echo Point, tomamos un desvío el sendero que iba bordeando el boscoso valle desde la parte alta del acantilado, el “Prince Henry Cliff Walk”. A diferencia del paseo anterior, este camino era bien rústico, con superficie de tierra, y discurría entre arbustos, algunos árboles más altos como eucaliptus, y dependiendo de la humedad del sector mayor o menor cantidad de vegetación con predominio de helechos. Sobre todo, en las partes más húmedas prestamos especial atención de no rozar con el cuerpo las plantas, nunca se sabe que horrible insecto, reptil, roedor u ofidio puede habitar por esas zonas… Lo único que vimos fueron pequeñas lagartijas que al escuchar nuestros pasos salían corriendo evitando la suela de las zapatillas. Cada tanto había desvíos del camino hacia miradores que se proyectaban sobre el bosque. Disfrutamos mucho de esa tranquila caminata matutina, con una temperatura agradable, parcialmente protegidos del sol, y con ese silencio que tanto no gusta y nos permite conectarnos mejor con la naturaleza. Las pocas personas que nos cruzaron apenas rompieron el silencio con un “hello” o “good morning”, clásica camaradería de caminantes solitarios; nada de gritos ni música a todo volumen.







La situación cambió un poco cuando llegamos a las “Leura cascades”, el punto del camino que habíamos marcado como primer destino. Al estar cerca de la ruta, y poder acceder apenas caminando unos metros por un sendero muy bien acondicionado, había bastante gente. Eso sí, desde ahí solo se podía llegar a la parte alta de la cascada que sinceramente no nos impresionó demasiado… desde el camino habíamos visto que también había gente en la parte baja y era hacia ahí donde queríamos ir. Sacamos las fotos de rigor y fuimos a buscar la manera de bajar; tuvimos que volver unos cuantos metros sobre nuestros pasos al no encontrarlo en la zona cercana al estacionamiento.


Leura Cascade desde arriba

A la ida habíamos pasado junto a un desvío del camino, que iba hacia abajo, junto un cartel que indicaba “Cliff Drive via Fern Bower. Track in poor condition. Experienced walkers only”. Cuando nos fijamos en el mapa que teníamos no encontramos nada con ese nombre… como ya habíamos identificado el resto de las bifurcaciones, dedujimos que podía ser lo que buscábamos. Nos generó un poco de dudas las “pobres condiciones del sendero”, pero arriesgándonos a lo que podría venir lo tomamos; lo peor que podía pasar era tener que girar 180° y volver a subir.


Y vamos...

Los primeros cientos de metros resultaron ser una sucesión de escaleras descendentes, algunas metálicas y otras adaptadas al terreno con trozos de troncos de árboles que hacían de escalones. Bajamos, bajamos y bajamos llegando tal como queríamos a la parte inferior de las Leura Cascades. Sin dudas el mejor ángulo era desde ahí, una de las mejores imágenes de toda la mañana!!! Valió la pena bajar todos esos escalones ya que además de la vista nos permitió volver a nuestra deseada soledad… ya íbamos a tener que subir todos esos escalones, pero eso era un problema del futuro.


Escaleras y más escaleras

Leura Falls desde abajo



Habiendo identificado a ese sendero como el "sin nombre" el mapa teníamos cierta certeza de que en algún momento se iba a conectar con el Federal Pass que era el que queríamos tomar más adelante. Esa senda corre paralela al Prince Henry Cliff pero muchos metros más abajo, por el bosque que veíamos desde arriba.
No podíamos quedarnos todo el día en la catarata, había que seguir!!! Continuamos caminando un rato más siguiendo las ondulaciones del terreno; las “poor conditions” seguían sin aparecer, tal vez se referían a que el camino no tenía barandas en las zonas de precipicios, algo que es habitual en los senderos que solemos recorrer. Al mirar hacia arriba se veían las altas formaciones rocosas sobre las que habíamos caminado previamente, era bien evidente lo que habíamos descendido.






Justo cuando llegamos a un cartel que indicaba que estábamos caminando por Leura Forest nos cruzamos con un curioso pavo negro de cabeza roja y cuello amarillo. Si bien estábamos a muy poca distancia no mostró ningún signo de miedo o ansiedad, y siguió dando vueltas y escarbando la tierra como si no estuviésemos ahí… nos quedamos un ratito mirándolo. Para que imaginen la tranquilidad del animal, fuimos nosotros los que abandonamos el lugar mientras él seguía en la suya.




Unos metros más adelante, en un claro del Leura Forest justo antes de la bifurcación en Federal y Dardanelles Pass, encontramos un bonito área de picnic con varios bancos y mesas de madera. Qué linda sorpresa!!! La verdad es que no esperábamos encontrar un lugar para sentarnos en el medio del bosque. Aprovechamos los asientos para descansar unos minutos e hidratarnos, mientras observábamos en lo alto de los árboles un trío de pájaros azules y rojos (buscando las aves de la zona pudimos ponerles nombres: perico elegante o rosella roja). Nos encantó el lugar!



Perico elegante o rosella roja

Cuando se hizo el momento de seguir caminando tomamos el “Dardanelles Pass”, que corría paralelo al Prince Henry (por arriba) y al Federal Pass (por abajo). Un lindo sendero arbolado (algo importante cuando uno camina bajo el sol del mediodía), con poca gente, donde el único sonido era el canto de los pájaros, o en algunos casos “chillidos” provenientes de las cacatúas.
Habiendo llegado a ese punto del camino sin dificultades ni evidencia de deterioro del sendero concluimos que el cartel era alarmista; una forma de filtrar gente? Si es así bienvenido sea!!!


Cacatua

Mucho más rápido de lo esperado llegamos al punto en que el Dardanelles Pass se une al Federal, tomando finalmente este último. En la cercanía de esa intersección estaba la bajada de “The Giant Stairway” por lo que había un poquito más de movimiento, tampoco demasiado ya que el mismo nombre de la escalera generaba miedo y solo los valientes se atrevían a enfrentarla! En esa zona había algunos bancos donde nos sentamos a hacer el break del medio día antes de seguir adelante. Los ya clásicos sándwiches de queso salieron de la mochila mientras se nos hacía agua la boca!!! Justamente hablando de agua, en ese momento vimos con cierta alarma como las botellas que llevábamos se iban vaciando, y la sed reaparecía rápidamente… No teníamos termómetro, pero de seguro la temperatura pasaba los 30°C, como había sido pronosticada; el calor se sentía a pesar de ir caminando por la sombra.


A comer!!!

Concluido el almuerzo seguimos caminando un rato más hasta llegar a Furber Steps, el sendero con escalones que iba a llevarnos al nivel superior, o sea de regreso al Prince Henry. Antes de iniciar la parte más dura del ascenso pasamos junto a la parte más baja de las Katoomba Falls que apenas eran un hilito de agua; “esto es todo?” nos preguntamos con algo de decepción. Más allá de la pobreza de agua, la zona nos resultó tranquila y linda como picnic area, de hecho, alguien había tenido la misma sensación que nosotros y había instalado una mesa con bancos. Para que tengan en cuenta si están planeado la caminata…


Seguimos caminando...

Katoomba Falls

Recuerdo que mientras íbamos caminando por ahí agregamos a Australia como destino de un futuro viaje, realmente ese país merece un viaje dedicado exclusivamente a él. Como siempre, no abandonamos un destino que ya estamos agregando otros tantos a nuestra larga lista de lugares a visitar!!!

Basta de soñar y volvamos al ascenso!!! Por más que subimos una innumerable cantidad de escalones con una estética similar a las escaleras “naturales” y artificiales por las que habíamos bajado, al estar intercaladas con sectores de terreno plano que pasaban por pequeñas cuevas, “pantanos colgantes” y desvíos hacia miradores no nos cansamos tanto y ese trecho resultó mucho más tolerable de lo que esperábamos. Visitamos algunos de los lookout que tenían lindas vistas de las "three sisters" pero desde otra perspectiva diferente a la de la mañana. Movidos por la curiosidad también hicimos el corto trayecto hasta las Katoomba Falls… a ese nivel había una caída más interesante de agua, pero no eran tan impresionantes como las Leura.


Llegó la hora de subir!!!


Katoomba Falls desde arriba

Entre subidas y desvíos, finalmente llegamos al Prince Henry, y desde ahí a un estacionamiento que estaba junto a la calle. En ese momento ya estábamos sin agua y con sed!!! La deshidratación nos acechaba!!! Teníamos que buscar un bebedero o algún puesto donde comprar bebidas. En ese parking no había nada… así que fuimos por la opción B, ir hasta el “Scenic World”.


The Three Sisters desde el otro lado

Antes de seguir adelante voy a detenerme a contarles de que se trata el complejo hacia el que nos dirigíamos… Se podría decir que hay dos tipos de turismo en Katoomba, el de los que caminamos por los senderos (que tal vez pernoctan en un hostel o hacen un day trip desde Sidney tomando el tren), y el de los que ven los bosques y formaciones rocosas desde trencitos, teleféricos y artefactos similares (cuyos cables arruinan el grandilocuente paisaje), y apenas caminan algunos metros si osan tomar las sendas interpretativas de las inmediaciones (clásico day trip desde Sidney). Para este último grupo existe un lugar llamado “Scenic World” que ofrece ese tipo de servicios. Apuesto a que las guías de turismo y productores de algunos documentales que vimos antes de viajar recibieron unos cuantos billetines para mencionarlo entre las 10 actividades “imperdibles” de Sidney y alrededores.


Teleférico del Scenic World

Sedientos nos metimos en el “Disneyland” del Blue Mountains donde cruzamos… en primer lugar orientales, dejando muy alejados en un segundo puesto a los indios (se deben estar animando más al turismo porque en los últimos viajes hemos notado mucho más su presencia), y por ultimo caucásicos rubios y de pieles muy blancas. Los caucásicos de pelo oscuro no existíamos… Ingresamos en un edificio donde estaban las boleterías (se podían contratar las actividades que mencioné arriba cada una por separado o un combo), y un inmenso gift shop donde encontramos un Gatorade!!! Fueron 600 ml de líquido azul azucarado y refrescante!!! Pagamos los $5 que costaba, usamos los sanitarios del lugar amortizando el precio de la bebida, y nos fuimos al exterior a hidratarnos bajo la sombra de un árbol.

Repuesto algo del líquido perdido, decidimos caminar unos metros más por la ruta hasta el mirador “Eagle hawk lookout” (luego de todo lo que habíamos visto no nos aportó demasiado), emprendiendo posteriormente el regreso que iba a ser por el Henry Cliff. Justo antes de tomar este camino, en el mismísimo parking del Scenic World que estaba atestado de buses con choferes orientales que esperaban a sus pasajeros, encontramos un bebedero!!! Qué felicidad, hay veces que uno se contenta con tan poco!!! Con las botellas llenas estábamos listos para seguir adelante!!! Desde ya que fue una caminata muchísimo más populosa que la de la mañana, con lindas vistas pero con menos contacto con la naturaleza.

A las 4 y algo ya estábamos de regreso en Echo point. Como aún faltaban un par de horas para el atardecer, nos hicimos una escapada hacia uno de los supermercados de la zona más céntrica para comprar algo para merendar. No les puedo explicar el cansancio que teníamos, las piernas casi no nos respondían, y encima la poca energía que teníamos la tuvimos que usar para espantar las molestas moscas que nos iban acechando; es una de las pocas cosas negativas que pudimos encontrar tanto en Sidney como en Katoomba, en medio de la ciudad como en medio de la naturaleza. Estos insectos nos revoloteaban en grupos e intrépidamente posaban sus patitas sobre nuestra piel, con una especial predilección por la cara, sobre todo en los ojos y orejas… Y encima el "Off" no las espantaba!!! Realmente insoportables sobre todo cuando tomábamos una selfie y teníamos que permanecer varios segundos quietos!!!

A pesar del cansancio que se había hecho más evidente en el último trayecto, íbamos a volver al Echo point a sacar fotos con la luz del atardecer; estimábamos que para las 18 horas ya no iba a haber tours de los day trips y que el lugar iba a estar más tranquilo.

Para variar un poco el camino, en lugar tomar Katoomba st, fuimos por Lurline St. En esta el paisaje era algo diferente, intercalándose en las sucesivas cuadras algún que otros negocio y alojamientos entre las casas residenciales. Al ser algo nuevo la caminata se hizo amena.

Casitas en Lurline St

Cuando llegamos al mirador aún había varios turistas orientales sacando fotos con desesperación como si estuviesen corriendo una carrera contra el tiempo… tal vez se les estaba por ir el micro, quien sabe… Recordando los banquitos que estaban en el corto sendero hacia las “tres hermanas” nos dirigimos hacia ahí, donde permanecimos sentados en la sombra de los árboles hablando y viendo gente pasar hasta que se hicieron las 18.

Nuestra predicción fue correcta y efectivamente cuando regresamos al lookout los turistas se habían ido; uno de los grandes beneficios de pernoctar en el lugar fue aprovechar esos extremos del día antes de que llegaran y luego de que se fueran los tours. Sacamos algunas fotos y fuimos rápidamente corridos por las moscas!!! Les aseguro que en varias de las fotos salieron en primer plano!


Atacados por las moscas

Desfallecientemente caminamos hasta el hostel con intenciones de no volver a salir hasta el otro día! Luego de caminar tanto nos merecíamos unos manicitos y una cerveza Kilkenny (Seba seguía aprovechando a probar los productos que no encuentra en Argentina).

Al día siguiente desayunamos, y las 8:00 horas hicimos el check out. El tren hacia Sydney Central partía a las 9:14 horas, así que nos fuimos directamente a la estación a sacar los pasajes ($10 cada uno) y a sentarnos ahí a esperar.

Esa mañana tuvimos un poco más de tiempo para ver la estación en detalle. Si bien la estética era bien tradicional y parecía quedada en el tiempo, el expendio de pasajes, carteleras y baños  estaba modernizado y era comparable al de cualquier país del primer mundo. Nos pareció una interesante combinación.


Katoomba Station

Unos minutos antes del horario de partida subimos a la formación y nos acomodamos dispuestos a “disfrutar” dos horas de paseo en el tren ultralento… la emoción de la ida ya se había esfumado. De alguna manera el tiempo pasó y a las 11:20 horas llegamos a Sidney.

Recomendaciones de Katoomba/ Blue Mountains:

  • Pasar la noche en Katoomba permite aprovechar la tranquilidad de las primeras horas de la mañana y las últimas horas de la tarde, cuando ya no hay turistas de day trips en los alrededores.
  • Aprovechar el momento con mejor luz para sacar fotos de las "Three Sisters" desde el Echo Point: el atardecer.
  • Llevar suficiente cantidad de líquido y snacks si van a pasar el día caminando por los senderos "más rústicos".
  • Como en todo hiking, caminar en silencio prestando atención a todos los sonidos, olores y movimientos de los alrededores. Es la mejor manera de identificar plantas, insectos, pájaros y otros animales.

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