By Sole
Al final del camino estaba el mar... y la ruta pavimentada!!!!
Cuando
llegamos al pavimento giramos a la izquierda tomando dirección sur. El primer
pueblo que atravesamos fue Henties Bay, una pequeña localidad vacacional con
menos de 5000 habitantes. Debe su nombre a Hendrik "Henty" Stefanus
van der Merwe quien descubrió el lugar en 1929 cuando llegó buscando agua. La
historia cuenta que este hombre estaba cazando rinocerontes para vender el
esqueleto a un museo. Tras haber cumplido con la tarea, la expedición se quedó
sin agua… caminaron hacia el Atlántico y luego fueron en la búsqueda de la
desembocadura del río Omaruru, encontrando este valle de arena a poca
distancia. Como le gustó el lugar, tras entregar el esqueleto, regresó y
construyó su cabaña de madera ahí.
Luego
pasamos por un pueblo más diminuto que el anterior que era básicamente un
pequeño conglomerado de pintorescas casitas de colores. Su impronunciable
nombre era Wlotzka’s Baken.
Barco encallado |
Fueron
tantas las horas que perdí la cuenta de cuánto tiempo estuvimos viajando;
cuando llegamos a Swakopmund estábamos felices de poder caminar un poco! Esta es una
ciudad costera que en sus orígenes fue una colonia alemana cuyo estilo de
arquitectura aún perdura; actualmente hay un mix de edificaciones coloniales
que llaman mucho la atención, con construcciones modernas que le quitan parte
del encanto. Para fomentar el turismo, este poblado de 40000 habitantes que
estaba perdiendo su estilo, se reinventó a sí misma como la “ciudad de los
deportes de aventura” ofreciendo la posibilidad de alquilar cuatriciclos en los
médanos, hacer sandboard o viajes en globos aerostáticos.
Ni bien
llegamos hicimos el check in en el modesto hotel La Mer y nos fuimos a recorrer
la ciudad! Teníamos lo que quedaba de esa tarde y la mañana siguiente libres.
El día estaba soleado, bastante despejado, y al sol la temperatura era muy
agradable… salvo que nos acercáramos al mar con su vientito costero.
Entre
caminata y caminata decidimos tomar un café en los tantos locales que había.
Nos resultó particularmente atractivo uno que formaba parte de una librería -
Die Muschel Coffee Shop- y tenía mesas en una terraza exterior que como estaba
dentro de una galería comercial daba algo de privacidad a la vez que permitía
ver lo que sucedía en los alrededores. Nos sentamos en una de las mesas al sol
donde degustamos un café con un muffin de banana y zanahoria. Un lugar muy
agradable con buen servicio y rica comida.
Cafeciiiito! |
Además
de confiterías había varios restaurantes y negocios de souvenires con precios
de los más variados; a medida que nos acercábamos a la costa cada vez nos
espantábamos más por el incremento de los mismos! Una simple mascarita para
colgar en la pared que habíamos pagado 25R en Cape Town la llegamos a ver a
200R!!!! Exactamente la misma!!! Lejos de lo esperado Namibia en ese sentido
era más caro que South Africa.
Junto a
la costa estaba el faro y un par de edificios de aspecto alemán que si bien
nunca tuve idea que eran me gustaron y le sacamos fotos. Por la época del año
–primavera- las plantas estaban florecidas alegrando el camino que discurre
paralelo a la playa separado de esta misma por algunas casas con vistas
privilegiadas.
Sendero costero |
A pesar
del viento marítimo visitamos el muelle de pescadores; había un sector
delimitado para los que realmente iban a pescar y otro para curiosos. Caminamos
unos metros hasta que el frío nos hizo regresar. De todas maneras bastó ese tiempito para sacar
un par de fotos.
Sector de curiosos del muelle de pescadores |
Tuvimos
la impresión que era una ciudad que estaba en expansión por todos los complejos
con el formato de “countries” que estaban en construcción publicitados en las vidrieras de las inmobiliarias, y la infaltable zona
con aspecto de villa de emergencia localizados en la periferia.
Para la
noche teníamos dos opciones: ir a comer con el grupo o hacerlo por nuestra
cuenta. Con nuestro característico ostracismo terminamos cenando solos en la
pescadería “The fish Deli”. Aunque era temprano -18:30 hs- ya era de noche, y
el lugar poco a poco se fue llenando. Pedimos un “Kingklip” –sin saber que
tipo de pescado era- con hierbas y limón con papa horneada, y rabas con papas
fritas. Ambos platos venían acompañados de una ensaladita. Comimos super bien
en un lugar para nada pretencioso, aunque tal vez si el precio era pretencioso
para ser el de una simple pescadería.
Yummy!!! |
Cuando
volvimos al hotel, salvo los restaurantes, todos los negocios estaban cerrados
aún no siendo las ocho de la noche; la mayoría de los locales habían cerrado
entre las 17:30 y 18:00 hs. Parece ser un lugar de vida diurna... y siendo gente de vida diurna, nos fuimos a dormir
tempranito.
Luego
de una excelente noche de descanso post-carpa y sucesión de madrugones, a las 5 y algo ya estábamos
despiertos; teníamos el reloj biológico alterado! No nos quedó otra que hacer
fiaca un buen rato ya que recién comenzaban a servir el desayuno a las 7:00 hs.
El día había amanecido fresco y nuboso –aunque para Seba era sólo neblina
matinal-; fuesen nubes o niebla no había rastros del sol.
En el
desayunador, una “abuelita alemana” nos preguntó como queríamos los huevos;
para su sorpresa rechazamos la oferta. De a poco fue apareciendo el resto del
grupo y a cada uno le preguntó con un tono un tanto autoritario cuántos huevos
querían, cómo los querían y si deseaban algún acompañamiento. Un rato después
la mesa estuvo llena con huevos preparados de las más diversas formas.
Luego
del desayuno nos volvimos a separar del tour. Casi todos tenían reservados los
cuatriciclos para esa mañana; nosotros éramos los únicos que habíamos decidido
recorrer la ciudad.
Había
muy poca gente por las calles, tal vez era demasiado temprano y el resto del
mundo estaba esperando que subiera un poco la temperatura para salir. A medida
que fuimos caminando reconocimos varios de los edificios que figuraban en la
guía Lonely Planet que habíamos llevado.
Altes
Amstsgericht, un edificio de 1908 planeado originalmente como colegio. Dado que
durante la construcción se acabó el dinero, el estado terminó haciéndose cargo
del mismo y funcionando como tribunal de justicia.
Tribunal de justicia |
Alte
Kaserne, una fortaleza de 1906, antiguo cuartel.
Antiguo cuartel |
State
House o de manera impronunciable Kaiserliches Bezirksgericht, la casa de verano
del presidente.
State house con el faro de fondo |
Iglesia Evangélica Luterana, de estilo
neo-barroco de 1911, declarada monumento nacional en 1978.
La
estación de trenes que antaño conectaba Swakopmund con Windhoek; actualmente
alberga a un hotel muy lujoso del que pudimos ingresar a ver las áreas comunes.
Antigua estación de trenes |
Haus
Hohenzollern, construido en 1909 como hotel, fácilmente identificable por la
estatua de Atlas sosteniendo al mundo.
Haus... más fácil: el edificio de Atlas |
Alte
Gefängnis, la cárcel del pueblo. No se puede fotografía pero…
The jail |
El
paseo concluyó en la playa, sentados en un banco frente al mar hasta que se hizo el horario de partir.
Vista desde el banquito |